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 Principios de poda de los rosales
Tipos de rosales
   De todos los grupos de rosales existentes aquí se tratarán los más comunes. Dado que la terminología puede ser un poco confusa y excede de las pretensiones de este tema, hablaremos de los siguientes tipos: los rosales arbustivos y los rosales trepadores. Los arbustivos o de pie bajo o injertados, que son los más comunes, incluyen los híbridos de té (grandes flores mas o menos sencillas), floribundas y polyanthas (flores menores y en ramilletes); miniaturas (como los anteriores pero de tamaño reducido); en arbolito o de pie alto (variedades de los grupos anteriores injertados sobre un pie alto de rosal silvestre) . Los trepadores que trataremos son los derivados de híbridos de té y polyanthas (son los trepadores más comunes, aunque hay otros, más raros y que requieren otro tipo de poda distinto).

 
 
 
 
 Generalidades   Los rosales, cualquiera que sea su variedad, tienden a brotar constante y fuertemente desde la base pero con los años los tallos se van debilitando al tener la competencia de los tallos nuevos. Con el tiempo, sin ninguna poda, el rosal se convierte en una gran maraña de ramas vivas y muertas y con una reducida floración de escasa calidad. La poda del rosal pretende acelerar este proceso natural, eliminando los tallos viejos constantemente, lo que favorece la aparición de otros fuertes y nuevos, que florecerán abundantemente.

   Por otro lado, la forma del rosal es muy importante para una correcta insolación y aireación que favorecerán la floración y resistencia a las enfermedades. Para ello los rosales de pie bajo y arbolitos se deben podar dándoles una forma de vaso, esto es, con unas pocas ramas principales que se abren hacia afuera de forma que el centro quede bastante abierto. Los trepadores se podarán y guiarán de forma que las ramas estén suficientemente separadas y cubran homogéneamente toda la superficie que ocupan.

   Se podan con tijeras de una mano, bien limpias y afiladas, que se desinfectarán a menudo (lo ideal es cada vez que se poda un ejemplar), y siempre tras podar una rama o rosal enfermo. En caso de tocones o ramas muy gruesas, será necesario usar unas tijeras de dos manos.
   Se eliminarán siempre las ramas y tocones muertos o enfermos, hasta la parte viva y sana. También las ramas mal formadas, cruzadas, débiles o dañadas.
   Prácticamente todos los rosales comercializados son injertados sobre un rosal silvestre o portainjerto que aporta vigor y resistencia a la parte superior o parte productiva del rosal (injerto). En el caso de los rosales en arbolito, el portainjerto comprende las raíces y el tronco, sobre el que se han injertado una o varias yemas en la parte superior. Este portainjerto tiene tendencia a emitir brotes, que se suelen llamar chupones o golosos. Suelen tener un aspecto distinto a del injerto, con hojas menores y tallos más espinosos y no producen flores o son de tipo silvestre, simples y poco llamativas. También suelen ser muy vigorosos y compiten con el injerto, pudiendo debilitarlo e incluso reemplazarlo. Por ello deben ser eliminados apenas aparezcan desde su punto de inserción, pues si se deja un trozo, rebrotan varios más. En el caso de chupones de raíz es conveniente escarbar con cuidado hasta llegar a su inserción con la raíz y cortarlo desde su base.
 
 
 
 
Corte correcto de los chupones en un rosal de pie bajo y arbolito, respectivamente
 
 
 
 
 
Época de poda
   Los rosales se podan en dos épocas, la época vegetativa (de primavera a otoño) y la de reposo (invierno):
Época vegetativa
   Tras las floración se eliminarán las rosas marchitas lo más pronto posible. Por un lado la producción en ellas de frutos (escaramujos) resta fuerzas a la planta, y por otro, al cortarlas, se estimula la rotación de las yemas que hay por debajo y una nueva floración en aquellas variedades que la presentan (reflorecientes o remontantes).
Los chupones se deben eliminar apenas aparezcan.
También se cortarán aquellos brotes abortados (brotes que crecen pero no dan flor).
 
 Época de reposo
   En esta época se realiza la poda más fuerte en la mayoría de los rosales.
En lugares con inviernos suaves se pueden podar desde finales de noviembre . Sin embargo, en lugares fríos se deben podar al final del invierno, cuando pase el peligro de heladas fuertes; lo ideal es cuando las yemas superiores comienzan a hincharse (febrero o incluso marzo).
Esto se debe a que las propias hojas y ramas superiores sirven de protección frente a los fríos de las partes mas bajas. Además, en caso de brotación y posteriores heladas tardías, éstas pueden provocar la destrucción de las yemas superiores. Si el rosal no fue podado todavía, con la poda se eliminan estas yemas dañadas y serán las inferiores, intactas, las que producirán la nueva vegetación. En cambio, si el rosal fue podado prematuramente, las yemas bajas que se han respetado serán las afectadas por la helada, y el rosal se verá obligado a formar nuevas yemas, lo que implica un retraso en la floración y su debilitamiento.
 
 
 
 
 Forma de hacer los cortes
  Los cortes de ramas vivas deben hacerse por encima de una yema, lo que estimulará su brotación. En el caso de querer eliminar totalmente una rama, el corte se hará lo más cerca posible de su inserción, sin dejar tocón ni dañar la rama que la sustenta.
   Los cortes sobre yemas se harán a 6-10 mm por encima de una yema fuerte y bien orientada (hacia afuera), con una inclinación de 45º (de forma que una gota de agua escurra hacia el lado contrario de la yema). Si se hace más cerca o con inclinación contraria la yema puede morir; si más lejos se formará un muñón que consumirá energías antes de morir y puede ser entrada de enfermedades.
Aunque a veces las yemas son poco visibles, se encuentran siempre en las axilas de las hojas (zona que hay entre la inseción de la hoja en la rama y ésta). A veces la hoja ha caído pero podemos ver la yema junto a la cicatriz dejada. A estas yemas se las llama proventicias, y se han formado a la misma vez que se ha desarrollado la rama donde están situadas. Además los rosales poseen la característica de emitir abundantes yemas adventicias, esto es, yemas que aparecen en cualquier otro sitio generalmente como respuesta a la poda.
   En caso de ramas enfermas o dañadas, se deben cortar hasta una parte sana, en donde la médula (parte central de la rama) sea maciza y de color claro, no marrón (síntoma de enfermedad).
 
 
 
 
 
Corte por encima de una yema:
  1. Corte correcto: distancia, ángulo y sentido de la inclinación correctos
  2. Corte incorrecto: demasiado cerca de la yema
  3. Corte incorrecto: demasiado lejos de la yema
  4. Corte incorrecto: sin inclinación
  5. Corte incorrecto: sentido de la inclinación incorrecta
 
    Las flores se cortan por encima de la 1ª yema que hay debajo, o la 2ª a lo sumo (si la 1ª es débil o está dañada). Eliminar más rama conlleva eliminar más hojas que están produciendo; si se corta menos, los pedúnculos morirán solos consumiendo energías. En el caso de rosales con flores en grupos se eliminará todo el grupo junto.
   Sin embargo en lugares con inviernos fríos no deben eliminarse las flores tardías, de finales de otoño, para no estimular la brotación de las yemas, que se helarían después. Tampoco se eliminarán en aquellos rosales que presentan frutos decorativos, para que éstos se formen y queden adornando la planta en invierno.
 
 
 
 
 


Técnicas de poda
Rosales de pie bajo y derivados
   Estos rosales, los más comunes de los cultivados, florecen en la madera del año. Por ello las técnicas de poda son similares para todas las variedades, con pequeñas variaciones.
Poda de formación
   Si la plantación se realiza con ejemplares a raíz desnuda o con cepellón, en invierno, es necesaria una ligera poda; generalmente los rosales en contenedor ya vienen formados y no la necesitan.
En esta época juvenil lo que se pretende es primar que el rosal arraigue y desarrolle una buena estructura tanto radicular como aérea, la floración en esta época carece de importancia. Se trata de conseguir que el rosal adquiera una forma de vaso, con 3-6 ramas principales abiertas hacia el exterior. A estas ramas estructurales se les suele llamar pulgares.
   En el momento de la plantación se eliminarán todas las ramas débiles o estropeadas, así como raíces demasiado largas o dañadas. Los pulgares se cortan justo por encima de una yema orientada hacia el exterior.
  • Los híbridos de té suelen dejarse con 3-4 pulgares con 2-4 yemas cada uno.
  • Los floribundas y polyanthas, por ser más vigorosos, se suelen dejar con 4-6 pulgares con 3-5 yemas cada uno.
  • Los miniatura se podan como los anteriores.
  • Los rosales en arbolito, al ser rosales de las variedades anteriores injertados sobre un rosal silvestre, se podan como las variedades de las que proceden.
 
 
 
 
Poda de formación de un rosal híbrido de té
 
 Poda de mantenimiento
   En todos los años posteriores al de la plantación se llevarán a cabo las siguientes acciones:.
   Los chupones se eliminarán apenas aparezcan, cortando como se ha indicado más arriba. En la floración se van eliminando las flores apenas se marchiten.
 
 
 
 
Corte correcto de las rosas
 
    En el periodo de reposo se podará en la época conveniente según la climatología de lugar y las pautas explicadas arriba. En todo caso, en rosales jóvenes, que todavía no tienen un buen sistema radicular, si están en sitios con vientos fuertes puede ser conveniente eliminar a finales de otoño una porción de la parte aérea para evitar desarraigos (hasta el 50% de la longitud total).

   Se eliminarán todas las ramas muertas, enfermas, débiles o que se cruzan (orientadas hacia adentro).
El resto de las ramas se podan dejando el siguiente número de yemas:
  • Híbridos de té: 4-5 yemas en los pulgares más fuertes y 2-4 en los menos.
  • Polyantha y floribundas, por ser ejemplares más vigorosos que los anteriores la poda es menos fuerte. Para conseguir una floración lo más larga posible se suelen dejar los pulgares fuertes con 6-7 yemas unos y otros con 3-5. Los pulgares más débiles se dejan siempre con 3-4.
  • Los miniatura se podan igual que los anteriores, si bien se puede dejar alguna yema más en cada rama (poda más ligera).
  • Los rosales en arbolito se podan como las variedades de las que proceden.
 
 
   Si el rosal está muy enmarañado o en caso de podadores inexpertos puede resultar muy útil reducir previamente el tamaño de la planta a unos 40-50 cm de altura, cortando todos los tallos, con lo que será más fácil ver la estructura y decidir por donde realizar los cortes definitivos.
 
 
 
 
 
Poda invernal de un rosal de pie bajo
 
 
 
 
 Poda de renovación
   Cuando los rosales no se han podado en varios años, forman una maraña de ramas vivas y muertas que florecen relativamente poco, con flores más pequeñas y de poca calidad. Si no son demasiados años y el injerto no ha sucumbido frente a los chupones (cosa bastante común con el paso del tiempo y la falta de poda), pueden recuperarse mediante una poda de renovación, que consiste en cortarlos a ras en invierno (siempre por encima del punto de injerto).
   Aunque los más jóvenes y vigorosos podrían soportar esta poda al ras en un año, es preferible hacerlo en dos años. En el primer año se eliminarán todas las ramas muertas, débiles, dañadas y los chupones. La mitad de los tallos restantes se cortan por la base (por encima del punto de injerto) y se tratan con pintura de poda para protegerlas de infecciones. Del resto de ramas se eliminan las ramas laterales dejando sólo la principal. Después se debe acolchar bien con mantillo la base y a partir de la primavera se debe "mimar" al rosal con entrecavas, riegos y abonos. El 2º invierno se eliminan las ramas viejas restantes de la misma manera. De las ramas nuevas se eliminan las laterales, dejando las principal, así como las débiles o que se crucen. En años posteriores ya se puede hacer una poda normal de mantenimiento según su variedad.

Rosales trepadores (híbridos de té y polyantha)
   La mayoría de los rosales trepadores son derivados de los rosales híbridos de té y polyantha, por lo que florecen en la madera del año.
Poda de formación
   El año de su plantación no se podan, salvo eliminar alguna rama que se haya dañado en el transporte o que sea muy débil. Se guían las ramas de forma conveniente, sujetándolos con bridas, teniendo en cuenta que las ramas verticales tienden a florecer sólo en la punta, mientras que las horizontales lo hacen en toda su longitud. Se trata de que el rosal ocupe todo el espacio asignado lo más posible y homogéneamente dispuesto. Los dos primeros años se despuntan las ramas principales para que ramifiquen.
Poda de mantenimiento
   Los chupones se eliminan apenas aparezcan. Tras la floración se eliminan las flores pasadas.
 
 
 
 
Corte correcto de las rosas pasadas en un rosal trepador
 
    En invierno se eliminan las ramas muertas o débiles. Se dirigen los tallos nuevos convenientemente. En rosales adultos se eliminan cerca la base los tallos viejos que no florecen o lo hacen poco para que salgan brotes basales nuevos que los sustituyan. Sin embargo conviene ser moderados con los cortes, pues éstos rosales rebrotan peor que los anteriores. Tratar con pintura de poda si los cortes son gruesos.
Poda de renovación
   Es similar a la de los rosales anteriores pero conviene que sea menos drásticos los cortes, pues tienen menos tendencia a echar nuevos brotes en la base.

Fuente: Jardín Virtual de Kira

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 Si bien la reproducción de las plantas mediante siembra directa en el terreno puede ser válida, la siembra en semilleros presenta una serie de ventajas. Lo más importante es el mayor control que podemos ejercer sobre el desarrollo de las plántulas, de forma que se pueden evitar fácilmente daños por inclemencias meteorológicas, accidentes, plagas, etc. Por otro lado, si se colocan los semilleros en un lugar resguardado, puede que incluso con calefacción, podemos adelantar la siembra, de forma que para cuando llegue el buen tiempo, las plantitas ya estén desarrolladas. Sin embargo conviene ser cuidadoso en este aspecto: una siembra demasiado temprana puede producir resultados desastrosos si no tenemos sitio para alojar las plantitas antes de que sea seguro plantarlas a la intemperie (cuando no haya frío).
 
 
 Materiales
 
 
 
 
 
 
Diversos materiales al alcance de todos
 
 
   En cuanto a los contenedores a utilizar pueden ser muy variados. En los comercios venden bandejas de germinación (simples cajas de plástico con tapa transparente), bandejas de alveolos o macetitas. A veces estos contenedores son caros para sus características (como las bandejas de germinación). Pero el aficionado puede usar (y reciclar) muchos otros envases. Simplemente se trata de aprovechar cajas poco profundas, generalmente de plástico, en las que se puedan hacer agujeros de drenaje. Van muy bien, por ejemplo, las cajas y bandejas de plástico donde vienen embalados bollería fresca y otros alimentos en los hipermercados. Para las siembras individuales se pueden usar "macetas" de pequeño tamaño reciclando envases de yogures y otros.
   Cuando las semillas encuentran las condiciones ambientales ideales (temperatura y humedad fundamentalmente) germinan. La germinación consiste en reacciones químicas en el interior de la semilla, inducidas por la presencia de agua y favorecidas por el calor. Se produce una división celular que da lugar al desarrollo y crecimiento de órganos tales como la raicilla o radícula hacia abajo, y el tallito y unas primeras "hojas" llamadas cotiledones hacia arriba. Hasta que estas "hojas" se desarrollan y salen al exterior comenzando a recibir luz y realizar la fotosíntesis para alimentar a la plantita, ésta está creciendo a costa unicamente de las reservas que contiene en su interior, así como del agua y el oxígeno que absorbe del substrato. Por lo tanto el substrato donde ocurra la germinación se debe caracterizar por tener una adecuada retención de agua, aireación suficiente y una granulometría (tamaño de las partículas que lo componen) adecuada para permitir el desarrollo de la radícula hacia abajo y la emergencia del tallito hacia arriba. Además deberá estar exento de otras semillas, así como de huevos o insectos y microorganismos patógenos. Si usamos un substrato de "segunda mano" es conveniente esterilizarlo, metiéndolo durante 3 horas en el horno a 60º C.
   Dado que la semilla tiene sus propios nutrientes, será un substrato pobre en ellos, pues aparte de no necesitarlos en principio, esto favorece también el desarrollo de un sistema radicular potente (crece más y más ramificado en busca de alimento).
En el mercado existen substratos especiales para semilleros, que reunen las características comentadas. A simple vista son como cualquier substrato normal pero con partículas mucho más finas.
Sin embargo también se pueden hacer de forma casera mezclas adecuadas. Una muy sencilla y al alcance de todos es:
 
 
    1 parte de turba
   1 parte de arena de río (no caliza) fina o de perlita fina
   2 partes de substrato universal
 
   
    Estos materiales deben tener un tamaño de partícula adecuado, fino en general. Pero conviene tener en cuenta el tamaño de la semilla. Así un substrato para sembrar petunias deberá ser mucho más fino que uno para semillar ricino, por ejemplo, si bien un substrato de partículas finas se puede usar para semillas gruesas, pero no a la inversa.
Para conseguirlo basta con cribar la mezcla con un colador o similar, con unos agujeros que pueden variar entre unos 1 y 3 mm aproximadamente según la finura que necesitemos para cada semilla.
 
 
   En el caso de que las plantas vayan a permanecer un cierto tiempo en el substrato (como cuando se siembra en macetitas o bandejas de alveolos) es conveniente añadir abono, aunque es preferible no hacerlo al principio y añadirlo cuando la planta tiene ya sus primeras hojitas, para conseguir un sistema radicular más potente. Si se abona al principio se usará un abono complejo preferentemente rico en fósforo, que estimula el crecimiento radicular.
 
 
 
 
 
 
Semilleros individuales en un vivero
 
 
    Además del substrato y los contenedores, serán útiles pequeñas herramientas para realizar los trasplantes. Aunque también venden pequeños plantadores y otros artilugios, con otras más caseras podemos hacerlo perfectamente. Para sacar las plantitas del semillero, a parte de unos dedos sensibles, se necesita un palito o similar con el que remover un poco el susbtrato para aflojarlo y que salga la plantita con la mayor parte de las raíces. Además es útil una maderita u otra cosa plana para alisar la superficie del substrato y aplastar ligeramente. También puede venir bien una regadera de agujeros muy finos y un pulverizador para regar sin arrastrar las semillas.. 
 
 
 
 Realización
   La época adecuada para la realización de los semilleros depende de la especie en cuestión. Para la mayoría de ellas es el principio de la primavera.
   Los contenedores se rellenan con el substrato. Conviene hacerlo hasta el borde, para evitar que las plantes se ahilen (crezcan larguiruchas y débiles) buscando la luz que les quitan las paredes, a menos que éstas sean transparentes.
   Luego se alisa el substrato con una tablilla o similar y se procede a echar las semillas sobre la superficie:
  • No se deben echar muy apretadas para evitar problemas de competencia entre ellas ni que se líen las raíces de unas con otras. Hay que pensar que aunque las semillas son diminutas, las plantitas crecen ... y deberán permanecer en el semillero hasta el trasplante, cuando tengan un par de hojitas.
  • En el caso de semillas muy pequeñas (como coleos, begonias, petunias) para esparcirlas de forma homogénea y que estén suficientemente separadas puede ayudar el mezclarlas con arena muy fina y luego echarlas sobre el substrato como si fuera sal, o bien usando un papelito doblado a la mitad, se colocan en medio de la doblez y se dejan caer con cuidado por el borde.

   Después se deben cubrir las semillas con más substrato. En general se cubren con una capa entre 1 y 2 veces la altura de la semilla. En el caso de semillas muy pequeñas (como de menos de 1 mm) no es necesario cubrir. Tampoco se cubrirán aquellas especies que necesitan luz para germinar.
   Luego con la misma tablilla se aprieta muy ligeramente el substrato para que las semillas contacten bien con él.
   Se procede a regar con mucho cuidado de no mover las semillas ni destaparlas. Puede ser útil usar un pulverizador para ello. En muchos casos es conveniente regar este substrato antes de poner las semillas, para evitar que se desplacen éstas por la caída del agua, cuando son muy pequeñas.
   Para evitar problemas por hongos, puede ser conveniente añadir en este riego algún fungicida, como captán.
  Los semilleros se deben rotular adecuadamente. En una tarjetita de plástico, madera u otro material resistente que se clava en el semillero, se debe escribir el nombre de la especie, variedad y fecha de siembra. Para ello se debe usar un rotulador indeleble o un lápiz, pues la tinta normal se corre al mojarse.
   En el caso de semilleros individuales, en cada uno se pondrán 2 o 3 semillas, en previsión de que todas no son viables. Una vez nacidas, cuando tengan los cotiledones, se dejará las más fuerte en cada uno, arrancando las demás. Para ello se riega bien y así se puede extraer entera la planta más débil. A los pocos días se puede comenzar a abonar si se usó un substrato pobre.

   Para conseguir un mejor desarrollo radicular, especialmente en especies forestales sembradas en alveolos profundos, se suelen regar por abajo (por inmersión) añadiendo el fertilizante al agua.
 
    Para mayor comodidad en el mantenimiento y asegurar que la superficie del substrato no ser reseque hasta la germinación de las semillas se deben cubrir los semilleros. Lo más cómodo y barato es poner una película de plástico de cocina, aunque también se puede usar un cristal o cualquier otra cosa que evite la pérdida de humedad. Cada pocos días es conveniente destaparlos un rato, para ventilar y evitar que proliferen los hongos, además de comprobar el estado de germinación.
   En general las semillas durante esta etapa deben permanecer en un lugar cálido y oscuro.
Hay sin embargo plantas que para germinar requieren luz, pero la mayoría o son indiferentes o necesitan oscuridad total.
 
 
 
  • Plantas que necesitan oscuridad para germinarCaléndula, verbena, pensamientos, violetas.
  • Plantas que necesitan luz para germinarAgerato, antirinum (dragonarias), begonias, coleo, impatiens (alegrías), lobelia, lobularia, petunia, salvia roja.
 
 
 
    Una vez que las plantas comienzan a asomar se debe trasladar el semillero a un lugar muy luminoso (aunque no con sol directo). Hay que tener en cuenta que, aunque el interior de casa nos pueda parecer luminoso, las plantas notan mucho la diferencia de luz y crecerán ahiladas a menos que estén literalmente pegadas a la ventana.
   En cuanto hayan nacido todas las plantitas se retirará definitivamente la tapa.
   Se entiende por repicado a la operación consistente en sacar las plantas de su contenedor y recortarles ligeramente las puntas de las raíces, con el fin de que éstas ramifiquen y formen así un sistema radicular mayor y más homogéneo, dando así una planta de más calidad. Muchas veces se usa, incorrectamente, repicado como sinónimo de trasplante. Sin embargo en el caso de los semilleros se puede considerar que sí lo es, pues al sacar las plantitas de su sitio, se rompen parte de las raíces.
   Cuando las plantas hayan desarrollado un par de hojitas verdaderas (aparte de los cotiledones) se puede proceder a su trasplante. Para ello se riega el substrato, para ablandarlo y hacer más fácil la extracción de las plantitas con el menor daño a las raíces. Con ayuda de un palito, se ahueca el substrato cerca de la plantita y, sujetando ésta con delicadeza por una hoja (jamás por el tallo) se extrae del semillero.

 
 
 
 
 
Las plantitas se deben extraer con mucho cuidado
 
 
   Las plantitas se pondrán en macetitas, con un substrato adecuado a su especie. Si bien las más resistentes se pueden poner ya en su sitio definitivo (mejor si se les pone los primeros días una sombra). Inmediatamente se deben regar abundamente y colocarlas en lugar luminoso. Una vez pasados 5-7 días se pueden sacar al exterior, al sol (según las necesidades de la especie) y comenzar a abonar. Para ello conviene usar un abono complejo de rápida liberación y rico en nitrógeno.

   
 
 
 
 
 
Otra operación delicada
 
 
   Una vez que las plantitas de las macetitas han alcanzado un buen desarrollo, esto es, cuando el sistema radicular ocupa todo el substrato, se pueden plantar en el sitio definitivo.

Fuente: Jardín Virtual de Kira

'El desarrollo sostenible debe conciliar la producción alimentaria, la conservación de los recursos no renovables y la protección del entorno natural, de modo que puedan satisfacerse las necesidades de la población actual sin comprometer la capacidad de autoabastecimiento de las generaciones futuras'.

Este es el listado de productos permitidos para el control de plagas y enfermedades en agricultura ecológica (Anexo B, Reglamento CEE 2092/91).
  • Gelatina.
  • Lecitina.
  • Aceites vegetales (por ejemplo aceite menta, aceite de pino).
  • Preparados a base de Quassia amara.
  • Microorganismos como Bacillus thuringiensis.
  • Aceite de parafina.
  • Azufre.
  • Jabón de potasa.
  • Permanganato potásico.
  • Metaldehido (hasta 31-3-2006).
  • Aceites minerales.
  • Feromonas (sólo para trampas).
  • Trifosfato férrico (molusquicida).
  • Piretroides (deltametrina y cibalotrina, sólo para trampas).
 
Otras sutancias se pueden usar si hay necesidad reconocida por el organismo de control (esto es, cuando no hay ningún producto permitido capaz de controlar la plaga o enfermedad):
  • Azadiractina extraída de Azadiracta indica (Arbol Neem).
  • Rotenona extraida de Derris spp, Lonchocarpus spp y Terphrosia spp.
  • Piretrinas extraídas del Chrysanthemum cinerariaefolium .
  • Polisulfuro de cal.
  • Cobre (sulfato de cobre, hidróxido de cobre, oxicloruro de cobre, óxido cuproso). Actualmente está limitada su cantidad, posiblemente en el futuro se prohiba.
 
Otras sustancias han sido prohibidas a partir del 31 de marzo de 2002, como:
  • Nicotina.

Cada vez son más las personas que quieren utilizar otros métodos alternativos para tratar las plagas y enfermedades de sus plantas, bien sea por simple gusto, comodidad o conciencia ecológica. Ésta es una recopilación de métodos efectivos más o menos caseros y/o ecológicos. Algunos de ellos los he probado, y en la descripción del método añado mi experiencia. Otros no.

Sin embargo hay que hacer notar que el hecho de que un producto sea de fabricación casera o incluso natural, no quiere decir que sea inocuo, aunque sí es cierto que suelen ser menos dañinos para el medio ambiente que la mayoría de los productos comerciales. Pero por ejemplo la rotenona (insecticida natural extraído de una planta leguminosa) es bastante más tóxica para los peces que otros insecticidas de síntesis, y la nicotina, sustancia natural, no está admitida en agricultura ecológica por su toxicidad. Por ello aquellos métodos y sustancias permitidos en agricultura ecológica (y por lo tanto más respetuosos con el medio ambiente) están indicados con eco.
 
Rosquillas en hoja de rosal
Pupa del taladro del geranio
Pulgones de la adelfa
   


 Plaga/enfermedad 
Tratamientos
 Ácaros
 Aceite de parafina
 Agua
 Ajo
 Ajenjo
 Azufre
 
Jabón de potasa
 Ortigas
 Pelitre
 Antracnosis Bicarbonato sódico 
 Botritis Jabón de potasa 
 Caracoles y  babosas Cerveza (los atrae trampas)
 Ceniza
 Naranja (los atrae trampas)
  Cáscaras de huevo
 Cochinillas Aceite de parafina
 
Aceite vegetal  Ajenjo 
 Alcohol
 Jabón de potasa
 Nicotina 
 Orégano
 Hongos en  semilleros Ajo Canela
 Hormigas Azúcar
 Ajenjo 
 Tanaceto
 Mildiú Bicarbonato sódico Caldo bordelés Jabón de potasa
 Mosca  blanca Aceite de parafina
 Ajenjo
 Pelitre
 Trampas cromáticas
 Negrilla Jabón de potasa 
 Oídio Azufre
 Bicarbonato sódico
 Jabón de potasa
 Orugas Bacillus thuringiensis 
 Pulgones
 Aceite de parafina
 Ajenjo
 Ajo
 Cola de caballo Jabón de potasa
 Nicotina
 Pelitre
 Tomate
 Trampas cromáticas
 Tizón
 Bicarbonato sódico
 
 Trips Aceite de parafina
 Ajenjo
 Nicotina
 Trampas cromáticas
 Tijeretas Trampas de cartón 
 
Descripción de los tratamientos
 
 Aceite de parafina.
   Insecticida acaricida, se usa como aceite de invierno, esto es, se aplica en invierno para acabar con las fases resistentes (hibernantes) de plagas de pulgones, cochinillas, ácaros, etc, en plantas afectadas la temporada anterior o propensas a ellos. Su eficacia se debe a que forma una capa sobre los insectos que les impide respirar. El mejor momento para su aplicación es a finales de invierno, justo cuando comiencen a brotar las yemas, pero antes de que salgan las hojas.
   Se aplica sobre la planta a razón de 5-7 cc en 10 l de agua. Se moja bien la planta hasta que comience a gotear, mejor con un atomizador (cuanto más fina la gota, más efectivo). Como cualquier aceite de invierno, no se debe usar en plantas perennifolias ni a temperaturas superiores a 25ºC.
   Se suele encontrar en comercios especializados como coadyuvante (mojantes) para mezclar con otros productos (insecticidas, herbicidas) con lo que sale mucho más barato que si se compra como insectida.
  De bastante efectividad.
 
 
 
 
 
 Aceite vegetal.
   Contra cochinillas, cuando están en pequeño número.
   Sirve aceite de oliva, girasol o cualquier otro vegetal. Se basa en asfixiar a estos insectos en su fáse inmóvil. Para ello se "pintan" con un pincelito o bastoncillo de oidos mojado en el aceite, una por una.
   Es efectivo pero requiere paciencia.
 
 
 
 
 
 Agua. 
   Los ácaros odian la humedad ambiental, un remedio efectivo contra ellos es llevar la planta afectada a un lugar sombreado y pulverizarla con agua a menudo (varias veces al día) con un pulverizador o incluso con la manguera (con gotas finas) o el grifo de la ducha. Hay que asegurarse de mojar bien toda la planta, especialmente el envés de las hojas. En 4 o 5 días habrán desaparecido.
   Efectividad asegurada si se es constante..
 
 
 
 
 
 Ajenjo.
   La Artemisia absinthium produce un insecticida natural de amplio espectro contra pulgones, ácaros, cochillinas, hormigas, etc.
   Se maceran 300gr de planta fresca o 30g de planta seca en 1 l de agua durante una semana. Luego se filtra y se pulveriza la planta afectada cada 15 días.
 
   
 
 
 
 
 
Ajo. eco
   Se usa contra enfermedades criptográmicas, bacterianas, acáros y pulgones.
Se hace una decocción con 10 g de ajos frescos en 1 l de agua y luego se cuela.
    Otra variante es la infusión de ajo y cebolla: se machacan 1/2 kg entre ajos y cebollas y se echan en 10 l de agua hirviendo, se deja reposar 10 minutos y se cuela. Esto se llama cendrada.
   Se deben pulverizar con ello las plantas y/o el suelo, haciendo tres tratamientos en diez días.
Aviso: deja un fuerte y desagradable olor.
   Otro sistema contra los pulgones consiste en poner entre la tierra, alrededor de la planta, varios dientes de ajo.
   Por el momento, no hay ningún dato que confirme la eficacia de ninguno de estos métodos.
 
 
 
 
 
 Alcohol. eco(etílico)
   Para ataques de cochinilla poco importantes, en plantas pequeñas.

    Se puede usar alcohol etílico o mejor metílico (de quemar). Impregnar un trapo o un bastoncillo de los oidos y limpiar las cochinillas con él. Otra forma efectiva es mezclar 1/2 l de agua templada con una cucharada de alcohol y otra deJabón de potasa (o de lavavajillas a falta de aquél).
   Efectividad comprobada si se tiene paciencia.
 
 
 
 
 
 Azúcar.
   Las hormigas son muy golosas. Muchas aparecen como simbiontes de pulgones, cochinillas y mosca blanca: protegen, limpian y trasladan a estos insectos a cambio de la melaza dulce que excretan. Otras veces ellas mismas pueden ser molestas en los hogares o dañinas en las siembras, pues roban semillas.
   Se puede reducir su población instalando en sus zonas de paso cacharritos llenos en parte con miel, leche condensada o almíbar, donde caerán y se quedarán pegadas.
   Es efectivo para reducir la población, pero no la elimina.
 
 
 
 
 
 Azufre. 
   Antioídio y acaricida preventivo y curativo.
   Se añade azufre micronizado soluble en la proporción de 80 g en 10 l de agua y se fumiga bien la planta afectada. El azufre normal -amarillo- no se disuelve en agua, pero se puede espolvorear sobre la planta. Sólo se debe usar con temperaturas entre 20 y 30 ºC. Se debe repetir el tratamiento varias veces en quince días.
   Efectividad contrastada. Muy usado en agricultura ecológica.
 
 
 
 
 
 Bacillus thuringiensis. 
   Esta bacteria produce unas toxinas naturales (delta-toxinas), que atacan, tras ser ingeridas, la pared intestinal de algunas larvas de insectos, lo que les impide absorber el alimento y les daña la pared intestinal por donde la bacteria penetra al interior de las larvas y les produce la muerte. Son inocuas para otros insectos y vertebrados. Muy usada en agricultura ecológica.

    Hay algunas variedades, cada una de las cuales produce daños a un grupo de insectos en concreto:
  • kurstaki, que ataca a las orugas (larvas de lepidóteros -mariposas-) tales como la procesionaria, lagarta peluda, rosquilla, trotrix, etc, el más usado en jardinería.
  • aizawai, también contra orugas.
  • irraelensis, se usa contra larvas de mosquitos (dípteros).
  • tenebrionis, contra coleópteros (escarabajos).
 
   Se suelen vender en forma de polvo que contiene esporas y toxina juntos (las bacterias producen la toxina al esporular). Se debe pulverizar con gota muy fina, mojando bien la planta y en el momento adecuado (primeros estadios larvarios de la plaga). Es poco persistente (7-10 días) y su efectividad disminuye con el calor (más de 30ºC) y la humedad alta.
 
 
 
 
 
 Bicarbonato sódico.
   Fungicida contra antracnosis, tizón, mildiú, oídio.
   Mezclar en 4l de agua una cucharada de bicarbonato y 2,5 cucharadas de aceite vegetal, batir y añadir media cucharadita de jabón natural (de sosa o potasa).
   Aplicar cada 5-7 días hasta la desaparición de los síntomas.

 
 
 
 
 Canela. 
   Fungicida preventivo para semilleros.
   Espolvorear ligeramente sobre el substrato.
  
 
 
 
 
 Caldo bordelés. 
   Fungicida tradicional contra el mildiú y botritis. Muy usado en el cultivo de la vid.
   Se prepara con 100 g de sulfato de cobre, 17 g de cal viva (óxido de cal) y 10 l de agua en dos recipientes de plástico (nunca aluminio).
  Primero se disuelve el sulfato en 1 l de agua. Como el sulfato diluido tiende a irse al fondo, se suele meter en una bolsa de tela y se cuelga casi en la superficie del agua. Luego se apaga la cal viva con 0,8 l de agua (¡cuidado, quema!) y se deja hasta que se enfríe. Después se añaden 8 l de agua y se filtra para que no atasque el pulverizador. Por último, cuando se vaya a usar, se mezclan ambos líquidos y hay que usarlo inmediatamente, no se puede guardar. Se pueden guardar los dos líquidos sin mezclar.
   Se pulveriza, mojando bien toda la planta, cada 15 días.
   Efectividad contrastada. Se usa mucho en agricultura, ecológica o no.
 
 
 
 
 
 Cáscaras de huevo. 
   Para evitar los daños a las plantas por caracoles y babosas. Dejar secar las cáscaras vacías. Triturar haciendo trocitos pequeños. Se colocan alrededor de la planta afectada. A los caracoles, al pasar, se les quedan pegadas, inmovililzándolos y muriendo después.
 
 
 
 
 
 Ceniza. 
   Espolvoreándola alrededor de las plantas afectadas se impide el paso de los caracoles. En caso de riegos o lluvias fuertes hay que repetir el tratamiento.
 
 
 
 
 
 Cerveza (trampas de).
   Contra los caracoles y babosas se pueden hacer trampas. Se entierra un envase de boca ancha justo hasta el borde y se llena de cerveza (es importante llenarlo hasta arriba). Los caracoles son atraídos por el olor y caen en la cerveza, ahogándose.
   Es bastante efectivo al menos para reducir la población.

 
 
 
 
 Cola de caballo (Equisetum arvense). 
   Contra el pulgón y para prevenir hongos.

   Se ponen a remojo 100 g de plantas frescas en 1 l de agua durante 24 horas. Luego se hierve unos minutos, se deja enfriar y se filtra. Se diluye en agua en proporción 1:5. Se debe aplicar en tiempo seco y soleado, de primavera a verano.
 
 
 
 
 
 Jabón de potasa (jabón negro, oleato potásico).
   Insecticida-acaricida-fungicida de contacto, efectivo contra pulgón, cochinilla y otros insectos de cutícula blanda, así como araña roja y hongos como oidio, mildiú, botritis y alternaria. Se degrada fácilmente (por ello no se debe aplicar por ello en zonas soleadas) y es de muy baja toxicidad.
   Se puede prepar en casa de forma similar a la del jabón común o de sosa. Se necesitan:
- 5 l de aceite ( sirve el usado en la cocina) 
- 5 l de agua 
- 1 kg de potasa cáustica en escamas.
(se puede hacer menor cantidad respetando las proporciones).
Es muy importante no usar utensilios de aluminio.
Se calienta el agua (unos 40ºC) y se mezcla cuidadosamente con la potasa en un recipiente resistente a los caústicos ( cuidado con las salpicaduras, es corrosivo. Si ocurre, neutralizar con vinagre). Es aconsejable usar guantes y gafas. Una vez disuelta se añade el aceite y se mueve no menos de una hora con un palo de madera, siempre dando vueltas en el mismo sentido. Se deja en reposo unos 15 días hasta que ha cuajado totalmente. Debe quedar con consistencia mantecosa.
En caso de que pasado este tiempo no haya cuajado bien, se puede poner al baño María una media hora removiendo igual, o con otro método de mi invención: se echa en un bidón y se mete en el maletero del coche si es verano, con el calor y el movimiento, cuaja perfecta y cómodamente.
   Para usarlo, se disuelven 30 g en 1 l de agua y se pulveriza la planta evitando hacerlo a pleno sol o con mucha luz.
   También se puede usar mezclado con insecticidas, pues es mojante y adherente. Así se puede mezclar con solución denicotina o pelitre en lugar de agua con lo que se mejora mucho la efectividad del insectida.
   Contra las cochinillas, a pequeña escala, va muy bien el tratamiento explicado más arriba, en Alcohol.
   Es eficaz, pero requiere constancia.
 
 
 
 
 
 Naranja (cáscaras de). 
   Atraen a caracoles y babosas. Se pueden colocar en trampas para capturarlos.
   Se colocan, preferentemente al anochecer, un par de cáscaras de naranja junto a las plantas afectadas, sobre el suelo húmedo, y se tapa con una teja o similar, para crear un refugio húmedo y oscuro para los caracoles. Por la mañana se revisan las trampas.
 
 
 
 
 
 Nicotina.
   Potente insectida natural obtenido del tabaco (Nicotiana tabacum), útil contra pulgón, trips y otros insectos de cutícula blanda. Actúa por contacto e ingestión.
   Se puede obtener de forma casera por maceración de 3 cigarrillos rubios sin el filtro en 1 l de agua. Se filtra y guarda en lugar fresco. Se pulveriza directamente sobre los insectos, matándolos en pocos minutos.
   Una variante más efectiva es mezclar este macerado con 30 g de jabón de potasa. Así destruye mejor a cochinillas y ácaros.
   Para plantas pequeñas o en maceta un método más rápido y sencillo (sobre todo para jardineros fumadores) es cubrir bien la planta con una bolsa de plástico, sujetándola a la maceta con una goma, se hace un agujero y se introduce por él una pajita de refresco, por donde se echa el humo de un cigarrillo (según tamaño de la planta, en plantas pequeñas con un par de caladas vale). Se deja así una hora.
   Al menos contra los pulgones, su efectividad está garantizada.
 
 
 
 
 
 Orégano. 
   Anticochinillas.
   Hacer una infusión con 1 cucharada sopera de orégano seco en 1 l de agua hirviendo, dejar que enfríe y colar. Mojar bien toda la planta.
 
 
 
 
 
 Ortigas (purines de). e
   Estimulante de la vegetación (abono) con propiedades fotalecedoras y curativas frente a enfermedades tales como el mildiu o carencias que producen clorosis, previene el ataque de ácaros. Se debe usar Ortiga virens y Ortiga dioica, que son muy ricas en nitrógeno y sales minerales.
   Se necesitan 2 kg de ortigas frescas o 400 g de secas y 20 l de agua. Se ponen a macerar 5 días, removiendo cada día de vez en cuando, luego se cuela y se diluye en otros 40 l de agua.
   Se debe usar al principio de la brotación y con cierta asiduidad (quincenal), regando y pulverizando las hojas.
 
 
 
 
 
 Pelitre. 
   Insecticida natural extraído de la planta Chrysantemum cinerariaefollium (pelitre o piretro), también llamado piretrina natural. Actúa por contacto, produciendo parálisis en pulgones, mosca blanca y ácaros. Tiene baja toxicidad y es poco persistente (máximo tres días).
   Se maceran 50 g de flores secas pulverizadas en 1 l de agua durante 24 horas, se filtra y se guarda en un recipiente bien tapado en lugar fresco oscuro.
   Se puede mejorar su eficacia si se mezcla con 30 g de jabón de potasa.
    Efectivo, muy usado en agricultura ecológica.
 
 
 
 
 
 Rotenona. 
    Se vende en algunos comercios. Eficaz contra pulgón y otros insectos.
    Insecticida natural extraido de leguminosas tropicales: Derris sp, Lonchocarpus sp. y Terphrosia sp. Actúa por contacto e ingestión y es poco persistente en el medio (tres días máximo).
   Efectivo, muy usado en agricultur ecológica.

 
 
 
 
 
 Tanaceto.
   Repelente de hormigas, piojos y polillas.
   Se hace una infusión de 300 g de Tanacetum vulgare en 10 l de agua, se deja reposar 10 minutos y se filtra.
 
 
 
 
 
 Tomate. (Infusión de brotes de). 
   Insecticida contra los pulgones.
   Hacer una infusión con un puñado de brotes frescos en 2 l de agua hirviendo, dejar reposar 12 horas y filtrar. Pulverizar bien sobre los pulgones.
 
 
 
 
 
 Trampas de cartón. 
   Para controlar a las tijeretas (Forcipulas sp.) que causan daños sobre todo a las flores. Se clava un palo fino entre las plantas afectadas, de la misma altura que ellas. En la parte superior se enrolla una tira de cartón corrugado y se sujeta con una goma. Las tijeretas se refugian en ella y se pueden así eliminar periódicamente.
   Bastante efectivo.
 
 
 
 
 
 Trampas cromáticas. 
   Algunos insectos se ven atraídos por ciertos colores. Los pulgones voladores y mosca blanca por el amarillo vivo, los trips por el azul vivo.
   Se pueden adquirir estas trampas en comercios especializados (se usan comúnmente en invernaderos) o bien fabricarlas en casa. Simplemente consisten en un papel o cartón con una capa pegajosa donde se quedan pegados los insectos que se posan. En casa se pueden hacer con papel o cartón (mejor plastificado) o plástico impregnando su superficie con aceite vegetal, melaza, miel, almíbar denso, vaselina (o cualquier sustancia pegajosa que no se seque).
   Se colocan colgados cerca de las plantas afectadas. Tiene el inconveniente de no ser efectivo en zonas con mucho viento.
   No eliminan la plaga, pero si reducen su número. Se usa mucho en invernaderos y otros tipos de cultivos.