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Hay tres tipos básicos de poda que se corresponden con las tres etapas de la vida de las plantas:
  1. Poda de formación. Es la llevada a cabo durante la fase juvenil de la planta. Es la poda más importante quizás, pues lo que se pretende es que la planta desarrolle una estructura adecuada que posiblemente mantendrá durante toda su vida. También se puede pretender con ella acelerar su desarrollo. Se debe hacer de la forma más temprana posible y se puede prolongar durante unos pocos años.
    En general en esta poda los cortes serán moderados y muchas veces se realizan durante la época vegetativa.
  2. Poda de mantenimiento. Se lleva a cabo durante la fase madura de la planta. Con ella se pretende controlar y guiar el desarrollo sobre la estructura básica, retrasar el envejecimiento de la planta y favorecer la floración, tanto en calidad como en cantidad, en las especies cultivadas con este fin.
  3. Poda de rejuvenecimiento. Se realiza sobre árboles y arbustos ya envejecidos, que presentan un escasa o irregular crecimiento vegetativo y floración. Se trata de eliminar aquellas partes más viejas y menos productivas para estimular el nacimiento de otras nuevas. Generalmente los cortes no pueden ser drásticos, pues en la vejez de las plantas las recuperaciones ante ellos no son fáciles.
    Un caso especial es la poda de renovación, que se realiza en aquellos ejemplares que no han tenido una poda de mantenimiento constante o que se han desarrollado en exceso, perdiendo belleza o producción. En estos casos se suelen hacer podas drásticas para que la planta se regenere por completo.
Existe otro tipo especial de poda con un fin muy determinado. Se trata de la poda de transplante. Cuando se desea transplantar una planta que está en el suelo, al sacarla de su ubicación parte del cepellón de raíces se pierde, pues es imposible sacarlo entero, máxime cuando la planta tiene cierto tamaño. Dado que la planta ha perdido gran parte de su sistema radicular, está descompensada, pues la menor cantidad de raíces es incapaz de sostener y alimentar toda la parte aérea. Por ello es necesario realizar una poda de la parte aérea que debe ser más o menos proporcional a la de las raíces perdidas.