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PLANTAS MEDICINALES
Hojas de abedul 40 gr.: 3€
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Rfa.: plameB
El árbol desintoxicante y purificador.
Este esbelto árbol, fácilmente identificable por el color blanco de su corteza, ha sido muy apreciado en Europa desde la antigüedad por sus grandes posibilidades curativas. El abedul es un árbol con la copa alargada, las ramas colgantes, las hojas pequeñas, triangulares y dentadas, y los frutos diminutos, dotados de alerones para facilitar su dispersión. Crece sobre suelos húmedos, a veces mezclado entre coníferas, quedando confinado en nuestras latitudes a áreas de alta montaña.
Del árbol se aprovechan las hojas, que se recolectan en primavera, pero también las yemas, la savia y la corteza. Son ricas en flavonoides y contiene asimismo un aceite esencial, ácido betulínico, betulinol, sales potásicas y taninos en la corteza.
Potente diurético
Su virtud esencial es
como activador de la orina y depurador general del organismo. Facilita la eliminación de agentes tóxicos, como un exceso de ácido úrico y urea, y se utiliza con éxito para la disolución de los cálculos renales. Si sumamos a su fuerza diurética, sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas, estaremos ante un remedio natural muy interesante para enfrentarse a todo tipo de afecciones de las vías urinarias, como cistitis o uretritis, dificultad de emisión de orina, gota y para combatir el sobrepeso provocado por la retención de líquidos, o la hinchazón de piernas y pies por el mismo motivo, y que puede darse durante el periodo menstrual. Contribuye además a reducir la hipertensión arterial cuando ésta tiene un origen renal.
Para todo ello, los herboristeros nos proponen una fórmula diurética muy eficaz, en la que se combina abedul con cola de caballo, barbas de maíz y grama, a partes iguales. Se hierve un minuto cuatro cucharadas soperas de la mezcla por litro de agua, y se mantiene en reposo diez minutos más. Tras filtrar, se puede ir bebiendo a lo largo del día.
Para favorecer la expulsión de las arenillas, basta con añadir a esta fórmula sal sufragio (Silene saxifraga) y arenaria (Arenaria glabra) en la misma proporción.
Si se quiere obtener un efecto depurativo y eliminar toxinas, nada mejor que esta nueva infusión, donde el abedul se combina con plantas desintoxicantes como el diente de león, la bardana, la cola de caballo y la zarzaparrilla. Para ello se deben seguir las mismas indicaciones de la fórmula anterior.
El aceite destilado de las hojas es analgésico y cicatrizante, y actúa eficazmente para sanar heridas cutáneas y para ser aplicado sobre impurezas de la piel como eccemas y psoriasis.
Es también antiinflamatorio, y se recomienda para templar el dolor de las articulaciones, en casos de artritis y artrosis, y para aliviar la tendinitis. La corteza interior es astringente y antidiarreica, y se utiliza para digestiones difíciles, fiebres intermitentes y gripe, y en loción a partir de una decocción de la corteza, para frenar la caída del cabello.