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Características

Cactus del desierto
Estas curiosas plantas, originarias de américa y áfrica, están adaptadas soportar condiciones extremas de temperatura, luz y sequía. Sus gruesos cuerpos redondos están diseñados para reducir la evaporación todo lo posible, acumular gran cantidad de agua y realizar la fotosíntesis. Las hojas se han convertido en espinas, que tienen diversas funciones disminuir la superficie de evapotranspiración, actuar como pantalla contra los rayos solares, captar el agua del rocío por condensación y proteger al cactus de los animales herbívoros. Las costillas o engrosamientos verticales aumentan el área útil para la fotosíntesis, reducen la relación superficie/volumen y les permite realizar contracciones y dilataciones por admisión o pérdida de agua.
Cactus del bosque tropical
En su habitat natural son plantas epifitas, es decir, que crecen sobre los árboles de la selva, en los desechos de las hojas que se acumulan sobre las ramas. Tienen tallos semejantes a hojas y una espectacular floración. Les perjudica el exceso de calor y necesitan riegos más frecuentes que los cactus del desierto. Las condiciones ideales son el calor moderado y la humedad, por lo que conviene rociarles los tallos de vez en cuando.
Crasas o suculentas
Tienen una gran variedad de formas y tamaños, las hay que se parecen a los cactus por su forma globosa y las que parecen plantas convencionales pero con hojas carnosas. No tienen espinas, pero también son capaces de almacenar agua durante largos períodos de tiempo y resisten muy altos niveles de iluminación y temperaturas extremas.

Cuidados de los cactus y crasas

Riego
La frecuencia de riego depende del tipo de suelo empleado y su capacidad de retención de agua, así como de la temperatura y humedad ambiente de cada zona. Unos consejos de riego generales son los siguientes
A principios de primavera, cuando va desapareciendo el riesgo de heladas y se observa que la planta empieza a brotar, es el momento de regar con cierta frecuencia (una vez cada 10-12 días) y se irá aumentando la frecuencia de los riegos de forma progresiva hasta llegar a los meses más cálidos, en los que se regará cada 4-8 días, según las zonas. A principios de otoño se comenzará a reducir la intensidad del riego, realizándose cada 8-10 días y espaciándolo cada vez más con el fin de ir haciendo entrar en reposo a las plantas, hasta llegar prácticamente a suprimirlos durante diciembre y enero o, como mucho, dar un riego suave cada 20-40 días en el período más frío.
  • Con temperaturas inferiores a 10ºc no deben regarse los cactus, porque se pudren.
  • Es mejor dar un buen riego que moje todo el volumen del suelo, que varios riegos superficiales, que no llegan bien a las raíces.
  • Hay que dejar secar bien la tierra entre riego y riego.
Temperatura
Durante el invierno, los cactus no deben estar en habitaciones muy caldeadas, puesto que temperaturas de 20ºc evitarían que se produjera el reposo invernal, que es imprescindible para estas plantas. La mayoría de los cactus no soportan temperaturas por debajo de los 7ºc. Un punto muy importante es que no deben coexistir frío y humedad en el suelo o en el ambiente que rodea a los cactus.
Iluminación
Aunque todos los cactus necesitan mucha iluminación, no todos soportan los rayos directos del sol.
Como norma general, las especies provistas de pelos, espinas muy fuertes o muchas espinas, requieren pleno sol, mientras que las especies con pocas espinas y las crasas requieren una cierta sombra. La ventilación también es muy importante para estas especies.
Abonado
Aunque los cactus soportan suelos muy pobres, si se cultivan en una tierra más nutrida, su crecimiento es más vigoroso y su floración mucho más espectacular. Una tierra standard para cactus debe tener porosidad, moderada riqueza de nutrientes, mediana retención de la humedad y ph cercano a 6. Existen tierras especiales para cactus ya preparadas, que reúnen todas estas características. También existen fertilizantes formulados especialmente para cactus, que se deben aportar en los períodos de máximo crecimiento.
Transplante
Si la planta deja de crecer, adquiere un mal color o salen las raíces por los agujeros de drenaje, significa que es necesario trasplantarla.
La nueva maceta tiene que ser algo mayor que la anterior, pero no mucho más. Para los cactus es mejor emplear macetas de barro o cuencos. Para no pincharse es necesario utilizar guantes reforzados o un trozo de papel doblado varias veces, como indica el dibujo.
En el fondo de la maceta se coloca una capa de drenaje (tierra volcánica, arlita o gravilla) y una capa de tierra para cactus. Se introduce el cepellón utilizando los guantes o la tira de papel, se rellenan los huecos con más tierra y se puede poner en la superficie una capa de tierra volcánica, que sirve como elemento decorativo y para que la base del cactus no esté directamente en contacto con la tierra húmeda cuando se riegue.
La mejor época para transplantar es la primavera, ya que si se hace en invierno, el cactus puede sufrir un retraso en la brotación. Después de transplantar no hay que regar hasta que hayan pasado 3-6 días, para dejar que cicatricen las heridas que se hayan podido producir durante la operación.

Principales plagas y enfermedades

Cochinilla algodonosa
Es la mayor plaga que sufren los cactus y crasas. Son insectos que chupan la savia de la planta y están recubiertos de una especie de algodón blanco, que en realidad son ceras que protegen a la cochinilla de los insecticidas y hacen más difícil su eliminación. Se deben quitar con un algodón empapado en un producto anticochinillas.
Araña roja
Es un ácaro que produce una decoloración en la planta, confiriéndole un color bronce. Produce diminutas telas de araña y se desarrolla en condiciones de alta temperatura y baja humedad, por lo que se combate rociando toda la planta con agua y aplicando después un acaricida.
Putrefacción
Está producida por hongos, que se desarrollan cuando la planta está debilitada porque ha tenido demasiada humedad en las raíces o ha sido cultivada en un sitio fresco y húmedo o ha sufrido quemaduras. Si la parte superior de la planta todavía presenta un aspecto saludable, hay que eliminar las raíces muertas y aplicar un fungicida, cambiando el cactus a otra maceta con una mezcla de arena y tierra para cactus en partes iguales.
Diseño de un jardín de cactus en miniatura
El recipiente que se elija podrá ser de cualquier tipo o material, pero siempre debe tener orificios de drenaje. Lo más adecuado es un recipiente no muy alto y lo suficientemente ancho para que quepan distintos cactus y otros elementos decorativos. En el fondo hay que colocar una capa de drenaje y encima tierra para cactus.
Hay que tener en cuenta cual va a ser el punto de vista los cactus más altos se colocan en la parte de atrás y se crean puntos de atención utilizando, por ejemplo, un cactus más alto y llamativo rodeado de cactus o crasas más pequeños y colocando en los bordes de la maceta crasas que tiendan a colgar, como por ejemplo el sedum. Antes de plantar los cactus conviene colocarlos en el sitio que hemos elegido para cada uno de ellos para ver el efecto. Hay infinidad de formas y tamaños de cactus y crasas que, combinándolos con otros, realzan su particular atractivo.
Para que nuestro paisaje de cactus adquiera un aspecto más desértico, se pueden colocar piedras o trozos de raíces o ramas secas y retorcidas que encontremos por el campo. Existen gravillas de distintos colores y tierra volcánica para finalizar el arreglo.

Curiosidades y utilización de algunos cactus y crasas

Chumbera
Su nombre botánico es opuntia ficus-indica.. Forma grandes matas, de hasta 5-6 metros de altura. Produce frutos comestibles, dulces y sabrosos los higos chumbos. Las flores se forman en verano y son grandes y amarillas, muy decorativas.
Ágave azul
Más conocido como “pita”. Del corazón de esta planta, de la llamada piña, y mediante un proceso de extracción, destilación y fermentación, se produce el tequila, conocida bebida alcohólica mejicana.
Cereus peruvianus
Existen estudios que han demostrado que este cactus corrige las alteraciones causadas por las radiaciones electromagnéticas. La planta debe situarse próxima a la pantalla del ordenador.
Aloe vera
Aunque el aloe no es un cactus ni una crasa, sino una liliácea, lo incluimos en este apartado por la carnosidad de sus hojas. Desde muy antiguo se conocen sus excepcionales propiedades terapéuticas. La pulpa del aloe regenera y protege la piel, tiene funciones antisépticas y cicatrizantes, es un anti-inflamatorio, analgésico, antiviral y antitóxico, hidrata la piel y el cabello, calma las quemaduras y picaduras y también se utiliza contra las dolencias artríticas y reumáticas.