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Cómo conservar las semillas
Una vez recolectadas, las semillas limpias deben ponerse a secar para que pierdan humedad y evitar así la formación de hongos. Luego, lo mejor es guardarlas en un bote de cristal con tapa o en una bolsa cerrada (tipo zip), con algodón y gel de sílice, que captura la humedad ambiente y evita que se pudran. También es una buena idea añadirles un fungicida en polvo como a los bulbos. 

Se etiquetan con su nombre y la fecha de recolección. Lo mejor es mantenerlas en un lugar seco y oscuro hasta el momento de sembrarlas. 

Se recomienda usarlas antes de dos años, pues con el tiempo pierden su poder germinativo.