RECOLECCIÓN

Si se recogen para cocinar hay que hacerlo en el momento, cogiendo algunas hojas o una ramita desde el extremo del tallo. Hay que evitar tomar demasiadas hojas de un mismo tallo o de plantas jóvenes. Si no se utilizan inmediatamente, se deberán conservar en el refrigerador. Los brotes de menta y perejil se pueden tener algunos días en agua.
Si se recogen para conservar, conviene hacerlo cuando las flores empiezan a abrirse, porque en ese momento la concentración de aceites aromáticos es mayor. Algunas se recolectan cuando están en plena floración, como el hisopo, espliego, romero y tomillo. La salvia se coge cuando empieza a mostrar las primeras yemas.
Hay que recolectar cuando se evapore el rocío, descartando las hojas amarillentas o estropeadas. A continuación hay que lavarlas para eliminar restos de polvo o tierra y secarlas con papel de cocina.
CONSERVACIÓN
Secado
Consiste en atar las hierbas en manojos no muy prietos y colgarlos boca abajo en un lugar cálido y aireado. Cuando las hojitas estén secas, se pueden quitar de los tallos para guardarlas en botes herméticos. Las hierbas conservan su sabor aromático durante 6 meses aproximadamente. También se pueden secar en el horno, a unos 50ºC dejando la puerta abierta.
 
 
 
Congelado
Se lavan, se secan con papel de cocina, se pican finamente y se colocan en bolsitas herméticas en el congelador. También se pueden colocar en las bandejas de los cubitos de hielo, se cubren con un poco de agua y se congelan. Cuando se necesiten, se ponen los cubitos en la comida caliente.
Otro método para guardar las hierbas aromáticas consiste en picarlas finamente y mezclarlas con mantequilla ablandada. Después se extiende la mezcla en un plato y se deja endurecer en el congelador. Cuando esté dura, se corta en trozos pequeños y se mete en una bolsa en el congelador.